sábado, 1 de octubre de 2011

Anécdotas

En 1971 Bobby Fischer destrozó a Tigran Petrosian en Buenos Aires ganando incluso cuatro partidas seguidas. Muchos partidarios del armenio quisieron justificar que la derrota se debió a que este se hallaba "bajo de forma". Fischer comentó: "llevo casi 20 años consecutivos enfrentándome únicamente con ajedrecistas que están bajos de forma".

Allá por los años veinte, cuéntase que una vez el irritable Nimzowitsch se quejó del puro que su contrario tenía en la boca. "Vamos, Sr. Nimzowitsch - dijo el director del torneo- ni siquiera lo ha encendido". "No, ¡pero amenaza con hacerlo en cualquier momento!" - respondió Nimzowitsch. Desde entonces se dice que en ajedrez la amenaza es más fuerte que la ejecución.

David Janowsky se quejaba siempre. Cuando fue invitado al gran torneo de Nueva York de 1924, los organizadores, que conocían esta particularidad de Janowsky, trabajaron con ahínco en busca de lograr las condiciones perfectas. Después de observarlo todo, Janowsky exclamó: "¡Ustedes me han privado intencionadamente de todas mis excusas! ¿Cómo voy a poder ahora concentrarme en el juego?".

Antes de su partida contra Ricardo Réti en Nueva York 1924, el cubano Capablanca comentó: "realmente soy invencible" (perdió la partida).

Miguel Najdorf dijo en 1947 "pronto seré el campeón del mundo". (Aún viviría cincuenta y un años más, pero jamás fue campeón del mundo).

Janowsky, jugando contra Reshevsky de 13 años tenía posición superior y se acercó a sus amigos para comentarles: "Este niño es un “empujamaderas”; entiende lo mismo de ajedrez que yo de bailes orientales". (Janowsky perdió la partida).

Kárpov, antes de su match con el inglés Niegel Short, enfatizó: "Él no me podría ganar un match a mí ni siquiera en mil oportunidades". (Short ganó el match).

Una vez Alekhine declinó una invitación a participar en un torneo que se celebraría en cierto balneario alemán: "Nunca he podido jugar bien en los balnearios alemanes" -dijo Alekhine-. Los organizadores repusieron: "Pero si usted ganó el primer lugar en Baden Baden, que es un balneario alemán" -"Ah si", replicó Alekhine: "¡pero fue sólo por dos puntos de ventaja!".

Nimzowitsch gritó en una ocasión: "¡Por qué he de perder con este imbécil!", al tiempo que estrellaba una pieza contra la pared, al otro extremo de la sala.

No hay comentarios:

Publicar un comentario